La dieta BARF (o ACBA, como se traduciría
al español de "Alimentación
Cruda Biologicamente Apropiada") consiste,
tal como indica su nombre, en dar a los perros
alimentos crudos como carnes,
huesos, vísceras y vegetales diversos triturados.
Uno de los primeros propulsores fue el Dr. Ian
Billinghurst, que sigue opinando que es la forma
más sana de alimentar a perros y gatos,
puesto que se asimila a lo que éstos comerían
en su ambiente salvaje original (ej: lobos o linces).
Mucha
gente que la ha probado piensa que tiene un montón
de ventajas sobre la alimentación
con pienso, ya que evitaría problemas de
alergias, problemas de piel, sobrepeso y problemas
con las glándulas anales. Aparte, los animales
no consumen los conservantes presentes en las
comidas comerciales, obviamente les gusta más
el sabor que un pienso seco y las heces son menores
y con menos olor. En la foto: Stomycreek Skye
disfrutando de su hueso. Propiedad: Stormycreek.
Sin embargo, existen muchos detractores
de este modo de alimentación que aducen
que por ejemplo suministrar huesos puede ser perjudicial
al poder perforar el intestino (en teoría
son los huesos cocinados los responsables de esos
daños) o que son frecuentes las contaminaciones
bacterianas, que a un ejemplar debilitado podrían
enfermarle, o que no tiene sentido dar comida
cruda a nuestros perros como si se tratase de
lobos, puesto que hace tiempo dejaron de alimentarse
de igual forma. Lo que queda claro, es que administrar
alimentos en crudo a nuestros perros también
supone que hay una mayor pérdida de tiempo
de preparación de las raciones, mayor coste
que el alimento comercial (sobretodo si no localizas
un buen proveedor, como un matadero) y el peligro
constante de no estar preparando correctamente
una ración equilibrada.
Ejemplo de menú para un
perro adulto
- 60% huesos crudos carnosos
- 25 % de carne (puede ser ternera, pollo, cordero,
pavo o incluso pescado) y vísceras (corazón,
hígado, riñones, intestinos, pulmón...)
- 15% de mezcla variada de hortalizas y vegetales
triturados (lechuga, perejil, zanahorias, calabaza,
espinacas, tomates, pimientos, brócoli,
etc)
- Suplementos (no hay que dar todos): huevo
crudo con cáscara, aceite de hígado
de bacalao (1 cucharadita), aceite de salmón
(1 cucharadita), cápsulas de kelp, complejos
vitamínicos, vinadre de manzana (1 cucharadita),
yogurt natural sin azúcar...
En resumen: la alimentación BARF tiene
un gran número de fans incondicionales,
pero también detractores. Yo misma conozco
casos a los que les ha ido muy bien, pero otros
a los que no. Si quieres probarla con tu perro,
es bajo tu responsabilidad pero deberías
al menos consultarlo con tu veterinario, y como
siempre, haz cambios o introduce la comida de
forma gradual, para dar tiempo al sistema digestivo
de tu perro a adaptarse.
Y si te gustaría pasar a tu perro a una alimentación más natural, pero no te terminas de atrever con ella porque te parece muy engorroso su preparación o tienes miedo de no quedarte corta en la alimentación de tu perro, no te pierdas este artículo sobre la dieta Yum.
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