Básicamente podemos
dividir optar por dar a nuestros animales alimentos
comerciales o comida casera.
Los alimentos comerciales se
pueden dividir en 3 categorías:
- Pienso
seco o balanceado: es la opción
más común por varias razones.
En primer lugar, resulta muy cómodo su
administración y es lo suficientemente
estable como para poder dejarlo en el comedero
a disposición del animal sin peligro
de que atraiga insectos o se estropee. Luego,
por su textura previene la formación
de sarro aunque esto depende también
del tamaño y forma de la croqueta, e
incluso del modo de comer del animal (si las
bolitas de pienso son pequeñas y se las
traga enteras, poco va a limpiar sus dientes).
Y en tercer lugar, porque resulta cómodo
de transportar y almacenar, y la relación
energía aportada-precio es muy buena.
Al ser la opción más utilizada
para alimentar nuestras mascotas, la veremos
más en detalle dando criterios para
encontrar el pienso que mejor se adapte a nuestras
necesidades y que sea del agrado del perro.
En la foto comiendo su pienso: Jack Sparrow
de Círculo Polar "Bering".
Propiedad de Beatriz de la Fuente. Mont Denali
Alaskan Malamute.
- Comida semi-húmeda:
contiene un mayor porcentaje de humedad que
el pienso seco, pero no llega al de la comida
enlatada. Con ello se pretende aumentar la palatabilidad
del alimento, pero hay que vigilar que el contenido
de sal y de azúcares no sea muy elevado.
- Cómida húmeda o enlatada:
es la opción más palatable y por
lo tanto, la de mayor aceptación por
parte del animal. Pero hay una serie de cosas
a tener en cuenta: en primer lugar, estamos
pagando mayor dinero por un alimento que es
en un 80% agua, luego es un alimento caro, principalmente
pensado para perros pequeños que necesitan
menos cantidad de comida. También los
veterinarios comprueban que los perros alimentados
con comida enlatada presentan más problemas
bucodentales, y que suelen necesitar al menos
una limpieza anual para eliminar el sarro. También
hay que tener en cuenta que sobretodo en verano
es imposible dejarlo por mucho tiempo en el
comedero del animal, de otra forma se fermenta
y estropea, pudiendo ser un peligro para la
mascota.
Por otro lado, hay muchas personas que eligen
hacer ellos mismos la comida
a su perro. Básicamente podemos encontrar:
- Comida cocinada: mezcla de
distintos ingredientes (carnes diversas, vísceras,
hortalizas, cereales, etc) cocidos
- Comida cruda: los mismos
ingredientes, incluso huesos, suministrados
en crudo. Para muchos la opción más
natural y saludable para el perro, aunque tenga
igual número de detractores. Vamos a
verla
más en detalle también.
El mayor problema de estos dos últimos
tipos, es que poca gente está en condiciones
de preparar una ración que contenga todos
los nutrientes
necesarios para el animal y en las proporciones
adecuadas. Asimismo hay que tener en cuenta que
determinados ingredientes usuales en la cocina
humana, resultan tóxicos
para perros, por lo que también tendremos
que informarnos al respecto.
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