Es una condición que afecta sobretodo
a razas de perros nórdicos,
no sólo alaskan malamutes sino también
al husky siberiano y al samoyedo. El zinc es un
mineral
esencial que juega un importante
papel en más de 300 enzimas en el organismo,
incluyendo aquellas responsables de la síntesis
del ADN y del normal crecimiento y desarrollo
celular.
Los síntomas más
frecuentes de un perro que sufre deficiencia de
zinc incluyen afecciones de piel, con irritaciones,
pérdida de pelo en las cejas, barbilla
y orejas del perro, costras, etc. Hay que aclarar
que estos síntomas se parecen mucho a la
sarna, leishmania, alergias alimenticias o incluso
al hipotiroidismo, por lo que se hacen necesarias
pruebas para descartar cualquier otra causa. Sin
embargo una forma definitiva de detectar una deficiencia
de zinc es ver la respuesta del perro
a la suplementación en la dieta con zinc.
Existen 2 tipos de síndromes
relacionados con la deficiencia de zinc:
- Síndrome I: el normal
en perros nórdicos, causado por la incapacidad
del intestino de absorber el zinc de
forma correcta. Suele afectar a perros entre
1 y 3 años de edad, que estén
pasando por un periodo estresante como perros
abandonados, hembras gestantes o con cachorros,
etc, a pesar de que los perros estén
alimentados con un pienso completo que cumpla
todos sus requerimientos
nutricionales.
- Síndrome II: puede
ocurrir en cualquier perro, sea o no de raza,
nórdico o no. Suele ser debido a una
mala alimentación a
base de piensos de baja digestibilidad (por
ejemplo, la presencia de gran cantidad de fitatos,
sustancias indigestibles de algunos cereales
que inhiben la absorción de zinc, contribuirían
al problema). También se ha visto que
una dieta con el calcio por encima de
un 2-2,5% puede conducir a una deficiencia
de zinc de este tipo, por lo que evitaremos
suplementar al perro o cachorro con calcio ya
que también puede conducir a un incremento
de la incidencia de la displasia
de cadera.
Los perros nórdicos con el síndrome
I, requerirán por tanto de una
suplementación de zinc de por vida
en sus dietas, que deberán ser de buena
calidad eligiendo piensos que tengan listadas
fuentes de proteína animal entre sus primeros
ingredientes.
Será necesario ajustar la dosis
del zinc a suplementar ya que si se añade
en exceso puede resultar tóxico.
Por tanto tampoco suplementaremos sin
supervisión veterinaria la dieta
de nuestros perros con zinc si vemos que tiene
problemas de piel. Los síntomas por sobre-dosificación
pasan por diarreas, vómitos y letargia.
Según el director de la Siberian
Husky Health Foundation es un rasgo
hereditario de carácter recesivo
por lo que los perros que presenten el Síndrome
I no deben ser utilizados para criar puesto que
el gen se pasaría a las siguientes generaciones.
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