La hepatitis en perros está causada por
un virus, que se introduce en el aparato
digestivo en el hígado, atacando e inflamando
sus células. En muchas ocasiones,
cursa sin síntomas. En el caso de que presente
síntomas, los más frecuentes son
fiebre, abatimiento, anorexia, dolor abdominal,
cuadro de vómitos y alteración en
las heces (blanquecinas).
La vacunación es la mejor forma de prevención
de la hepatitis vírica en perros. Se suele
administrar en una vacuna polivalente, por ejemplo,
en la conocida como vacuna trivalente o DHPPL.
Cuando el perro se está recuperando puede
aparecer una lesión que provoca una tonalidad
azulada en la córnea, debido a que se producen
uniones antígeno+anticuerpo y que se depositan
allí. Esta coloración anormal del
ojo es reversible. A la enfermedad también
se le denomina por esto la enfermedad
del ojo azul. Puede tener secuelas,
siendo la más grave la cirrosis.
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