La leishmaniosis o leishmaniasis es la enfermedad
producida por el parásito llamada Leishmania
donivani infantum, que es la variedad
presente en España. Se trata de un protozoo
hemático que parasita los linfocitos de
la sangre. Su hospedador definitivo
es el perro, y su hospedador
intermediario es un mosquito del género
Flebotomus, muy pequeño,
y de vuelos cortos. Es una especie bastante ubicua
de modo que la enfermedad está bastante
difundida.
El ciclo biológico comienza
cuando un mosquito pica a un perro enfermo, y
toma parásitos (amastigotes)
a través de su sangre. Estas formas parasitarias
evolucionan dentro del mosquito y se convierten
en infestivas para otro perro (promastigotes).
El ciclo se cierra cuando este mosquito pica a
otro perro.
No existe otra vía de contacto y no
hay contacto directo perro-perro o perro-humano.
La enfermedad es contagiosa para el hombre, pudiendo
afectar a niños o a personas cuyo sistema
inmunitario esté comprometido, pero únicamente
puede realizarse mediante la picadura del mosquito.
En el perro, el parásito produce
una enfermedad crónica de por vida.
En el ser humano, al no ser el hospedador definitivo
y perfecto, la enfermedad se cura mediante tratamiento
farmacológico.
Amastigotes de leishmania en sangre
Existen dos cuadros sintomáticos
según donde se acantone el parásito.
En primer lugar tenemos la forma cutánea,
que consiste en la aparición de lesiones
a nivel de la piel: falta de brillo en el pelo,
caspa abundante, alopecia, aparición de
lesiones en zonas de roce, escoriaciones a nivel
de puntas de las orejas, lesiones alrededor de
los ojos, heridas que no cicatrizan.
El otro cuadro, aunque menos aparatoso y evidente,
es más grave. Se trata del cuadro
visceral, y consiste en la afectación
de órganos como el hígado y riñón,
que comprometen la vida del animal.
Es posible que ambos cuadros aparezcan de forma
simultánea. En cualquier caso hay una serie
de síntomas que se repiten en ambos casos
como son infartación de ganglios linfáticos,
adelgazamiento progresivo, excesivo crecimiento
de las uñas, epistaxis o sangrado por los
ollares de la trufa…
El diagnóstico se realiza
por medio de aislamiento del parásito en
una punción de un ganglio y su observación
al microscopio, por la técnica de la inmuno
fluorescencia indirecta (IFI), PCR o ELISA (en
laboratorios especializados) o por un kits rápidos
en las clínicas veterinarias (en caso de
resultado positivo debe ser confirmado mediante
serología).
En cuanto al tratamiento, se
hace a base de un producto antimonial llamado
glucantime que se pone vía
parenteral (subcutánea, intramuscular o
intravenosa) durante 21 días seguidos o
intercalados por intervalos. Como terapia de apoyo
se puede poner alopurinoll para el riñón.
Prevención contra la leishmaniasis
Existen varias formas de prevención
de contagio frente a la leishmaniasis:
1.- Uso de antiparasitarios externos
(collares, pipetas) para prevenir las picaduras
de los mosquitos y no dejar al perro en el exterior
durante los amaneceres o crepúsculos, que
son las horas en las que el mosquito está
más activo.
2.- Vacuna contra la leishmaniasis:
desde hace unos años existe una vacuna
preventiva contra la leishmaniasis. Si quieres
poner esta vacuna a tu perro, primero el veterinario
le debe hacer un análisis rápido
para comprobar que no está infectado. Entonces
le suministrará 3 dosis de la vacuna. El
coste de este proceso (test previo+dosis vacuna)
viene a costar unos 200 euros. Has de saber que
no impide que el mosquito pique y le transmita
el parásito a tu perro, sino que en un
70% de los casos, la vacuna evita que el parásito
siga su ciclo vital en tu perro. Por lo tanto,
existen algunos casos en los que a pesar de vacunar
los perros desarrollan la enfermedad. No es infalible.
Por otro lado se han descrito muchos casos
de reacciones muy adversas a la vacunación.
Consulta con tu veterinario los pros y los contras
de vacunar a tu perro contra la leishmaniasis.
3.- Jarabe contra la leishmania: Leisguard.
En 2012 los laboratorios Esteve lanzaron al mercado
este producto que ofrece dos resultados sorprendentes:
por un lado protege y previene
del contagio de leishmania en un 98% (aconsejan
su combinación con collares repelentes
de mosquitos) y por otro, constituye un tratamiento
eficaz en perros ya enfermos, llegando
incluso a revertirla por completo. El principio
activo es la domperidona, que refuerza la acción
de los leucitos fagocíticos, los encargados
de combatir los parásitos de la leishmania.
El jarabe se administra durante 4 semanas consecutivas
a razón de 1 ml por 10 kg de peso. Su precio
es de unos 15 euros, por lo que resulta muy asequible
y sin efectos secundarios graves.
Foto del ciclo de la leishmaniasis: LadyofHats
Mariana Ruiz Villarrealderivative work: Osado,
via
Wikimedia Commons
Foto de amastigotes leishmania por Filipe Dantas-Torres
[Attribution], via
Wikimedia Commons
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