Los hongos que causan trastornos a los perros
son organismos del reino Fungi
que pueden ser unicelulares (levaduras) o pluricelulares
(mohos).
Carecen de capacidad para producir CO2 ya que
no tienen clorofila para realizar la fotosíntesis,
de modo que su producción de CO2 la llevan
a cabo metabolizando determinados sustratos sobre
las superficies que habitan.
Son relativamente inespecíficos, y aunque
existen muchísimas especies diferentes,
sólo unas 50 son patógenas
y las enfermedades que originan no son de mucha
gravedad.
Entre sus características de crecimiento
podemos citar la necesidad de temperaturas entre
25ºC y 30ºC, la necesidad de humedad,
así como de oxígeno.
Las enfermedades producidas por hongos
se denominan micosis, y pueden ser locales
(en la superficie de la piel, uñas, pelo),
o generalizadas en órganos, llamándose
a las primeras tiñas y micosis
sistémicas a las segundas.
Detalle de una calva típica en el pelaje
producida por hongos
En lo referente a su diagnóstico,
se debe hacer por cultivo sobre medios específicos
y examen de su morfología al microscopio
óptico mediante tinción. A veces,
es posible verlos cuando se realiza un raspado
de una lesión siempre y cuando se tomen
pelos y piel dañados. Para hacer más
visibles a los hongos, se ponen los pelos en contacto
con una solución de K(OH) durante 10 minutos
y después se miran al microscopio. En los
medios de cultivo, los hongos crecen con lentitud
pudiendo tardar incluso meses.
Una característica que se aprovecha a
la hora de hacer un diagnóstico rápido
en la clínica veterinaria, es la que presentan
algunas especies de hongos y que consiste en emitir
fluorescencia cuando se les ilumina con luz ultravioleta.
Se utiliza para comprobarlo una lámpara
de Wood, que se pasa a lo largo de toda
la superficie afectada. Para evitar falsas fluorescencias
de otras partículas, antes de aplicar la
luz, se limpia la zona con alcohol de 96º. Pero como se ha dicho, esta propiedad sólo la presentan ciertas especies por lo que no es una prueba veraz al 100% para descartar hongos. Y por otro lado, también podrían darse falsos positivos.
Por ello, también existen medios de cultivo en kits
rápidos, que en 24 horas indican
la presencia de hongos mediante un cambio de color.
El tratamiento de los hongos es largo,
y se lleva a cabo con un grupo de fármacos
a los que se denomina antifúngicos. Su
utilización puede ser tópica o sistémica,
y es de vital importancia mantenerlo durante el
tiempo indicado en cada caso, aunque las lesiones
hayan desaparecido. Existen antibióticos
con clara acción antifúngica, como
la griseofulvina. Otros fungicidas
son el ketokonazol o pankungol.
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