El moquillo es una enfermedad vírica de
los perros causada por un virus emparentado con
el sarampión. Esta enfermedad, que se
transmite a través de secreciones,
cursa con 3 cuadros diferentes
según el virus vaya atacando al organismo:
1. Cuadro respiratorio: con
conjuntivitis, congestión de las mucosas
y destilación nasal, que
va de líquida a purulenta a medida que
las bacterias (infección secundaria) colonizan
el tracto respiratorio. Puede descender a los
bronquios y producir neumonía. Suele remitir
a los 7-10 días con mucolíticos
y antibióticos.
Perro con moquillo
2. Tipo intestinal: presentando
diarrea, vómitos y deshidratación.
La diarrea es líquida y puede llevar mayor
o menor cantidad de sangre. Se corrige con antibiótico
y suero.
3. Tipo nervioso: con temblores
generalizados o en forma de mioclonos
(contracciones rítmicas de los músculos).
Suele producirse en los músculos mandibulares,
supraorbitales y también en la musculatura
abdominal, sobretodo cuando están en reposo.
Lo más grave es que se produce una encefalitis,
con lo que se produce la muerte. Por lo general,
los perros con este cuadro nervioso mueren, por
lo que se recomienda el sacrificio.
Existen otros síntomas
como hiperqueratosis de las almohadillas plantares,
se cuartea la trufa y puede aparecer dermatitis,
manchas rojizas en las inglés, zona del
vientre y algunas pústulas.
Para su diagnóstico, se busca el virus
en la orina mediante un test, aunque puede haber
falsos negativos, o se puede hacer un diagnóstico
buscando anticuerpos.
La mejor forma de prevenirlo es mediante una
adecuada vacunación
del perro.
Foto
perro con moquillo via Wikipedia
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